Ojos colorados, que pican, que arden, que se pegan, que lagrimean sin motivo aparente. Son los síntomas de la conjuntivitis, la infección ocular más frecuente. Ni los bebitos ni los adultos están exentos de padecerla.
Pero ¿qué es exactamente la conjuntivitis? "Es la inflamación de la conjuntiva, una membrana delgada y translúcida que recubre la parte blanca del ojo y el interior de los párpados", explica Julio Manzitti, jefe de Oftalmología Pediátrica del Hospital Garrahan.
Los recién nacidos pueden ser infectados por la bacteria gonoco en el canal de parto, presentando una condición conocida como oftalmia neonatal, que tiene que ser tratada de inmediato para preservar la visión del bebé.
Por este motivo, el médico pediatra y neonatólogo Osvaldo Stoliar detalla: "La conjuntivitis más importante se previene en la sala del parto con unas gotitas que se le colocan al bebé recién nacido. De ese modo, se evita el gonoco, que es una bacteria que puede causar ceguera".
Pueden ser virósicas o bacterianas. Y pueden ser infecciosas o no. Las alergias son las causas más frecuentes entre las conjuntivitis no infecciosas.
Al principio, la infección puede afectar un solo ojo pero generalmente se extiende a ambos. Puede venir acompañada de dolor de garganta, otitis, fiebre y secreción nasal. A veces, puede agravarse produciendo "hemorragias conjuntivales" que pintan al ojo de una coloración rojiza intensa.
Muchas veces se producen por la exposición al humo o a determinados aerosoles. Son las llamadas conjuntivitis químicas. A quienes son alérgicos les pueden generar conjuntivitis ciertos maquillajes o el polen de las flores.
En los chicos, las más comunes son las conjuntivitis contraídas en la pileta de natación, debido a la exposición al cloro. Otro modo de contagio es el contacto con objetos contaminados como toallas, juguetes o teclados de computadoras", explica el doctor Gustavo Abichacra, jefe de Pediatría del sanatorio Otamendi.
El síntoma más llamativo de aquellos que padecen conjuntivitis alérgicas es la picazón en los ojos. Y suele aparecer sobre todo en primavera y otoño.
La utilización de lentes de contacto, sobre todo los de uso prolongado, es un factor de riesgo para la conjuntivitis.
Es muy importante higienizar los ojos colocando solución fisiológica con un gotero. Nunca con algodón. En caso de que los párpados estén pegados, hay que despegarlos con una gasa embebida en té.
Las conjuntivitis virósicas no tienen tratamiento. Los chicos, por ejemplo, suelen tener los ojos colorados cuando están resfriados. En esos casos, los médicos recomiendan no hacer nada, ya que los síntomas se les irán del mismo modo en que llegaron: de a poco o de un día para el otro, según el caso.
"Las conjuntivitis bacterianas son muy contagiosas, pero no son graves", afirma Stoliar. "Hay que tratarlas adecuadamente con un colirio que no contenga corticoides. Una de las indicaciones más importantes es seguir utilizando el colirio hasta 24 ó 48 horas después de que el ojo esté limpio, con la misma frecuencia. Porque la tendencia es bajar la frecuencia y después olvidarse. No es bueno interrumpir el tratamiento porque se corre el riesgo de que recrudezca el problema".
La curación se realiza colocando colirios en los ojos. Hay que separar cuidadosamente los párpados y colocar las gotas evitando que el ojo toque el gotero o el extremo del envase.
Para los que tienen la posibilidad de tener un pediatra de cabecera, muchas conjuntivitis se tratan directamente por teléfono. El médico le hará entonces algunas preguntas, tales como: ¿Tiene fiebre? ¿Le duele la garganta? ¿Se le pegó el ojo? ¿Le ocurre en uno solo o en los dos? Luego le dirá qué tratamiento seguir o le pedirá que concurra a su consultorio.
En caso de necesitar medicación, es aconsejable tratar los dos ojos por la posibilidad de contagio entre ambos.
La duración de los síntomas es variable. En general, las conjuntivitis virales mejoran en un lapso de siete a diez días y las producidas por bacterias, entre dos o tres días después de haber sido iniciado el tratamiento.
Si aparecen algunos de los síntomas antes detallados, siempre hay que consultar al médico. Porque, dice el doctor Stoliar, "no todo ojo que está rojo tiene una conjuntivitis ni toda conjuntivitis necesita tratamiento".
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