La Policía sometió ayer a la Corte de Menores local al niño que alegadamente dio muerte a machetazos al menor Kelvin Enrique Nivar Santos, cuyo cuerpo fue encontrado el jueves último con la mano derecha cercenada y dos heridas en la cabeza.
El niño, cuyo nombre se omite por razones legales, será llevado al Departamento de Niños, Niñas y Adolescentes, que dirige la doctora Celeste Reyes Lora, por ser el principal sospechoso de la muerte del niño, hallado por su abuela Mercedes Isaac cerca de las 4:00 de la tarde del jueves en el sector La Guandulera, en las cercanías de la carretera que conduce a La toma.
Las investigaciones del hecho están a cargo del coronel José Damián Pujols, del Departamento Contra Homicidios, que dirige el capitán Julio Ernesto Germosén.
Las autoridades policiales entienden que todos los indicios llevan a presumir que el menor fue el autor de la muerte, y se basan en que todos los niños fueron al velorio menos el supuesto matador, quien siempre se comunicaba con la víctima, y resaltaron que cuando ocurrió el hecho el único que no se inmutó ni fue al lugar del crimen fue el supuesto infanticida.
Kelvin Enrique Nivar Santos era hijo de Berenice Santos Franjul, de 24 años, y vecino de los padres del niño asesinado, cursaba el séptimo grado en el liceo Manuel María Valencia, trabaja en un taller de mecánica y fue visto cerca del lugar con la ropa ensangrentada, según el informe de la Policía.
Los vecinos explicaron que el niño jugaba con unos amiguitos y que al notar su prolongada ausencia, la madre, la abuela y otras personas comenzaron a buscarlo, encontrando su cuerpo sin vida en el patio en un “rejón” o área dedicada a cría de gallos.
Cerca del cadáver fueron hallada una bicicleta rosada con la cual jugaba el menor, quien llevaba puestos un pantalón azul corto y una camiseta verde claro totalmente ensangrentados.
El menor y una hermanita de nueve meses de nacida eran dejados los miércoles con su abuela Mercedes, porque su madre trabaja en Santo Domingo y su padrastro en un taller de mecánica.
Los vecinos manifestaron consternación por el hecho, que definieron como “abominable”, tras definir a Kelvin como un chiquillo dulce y obediente que ya asistía a clases en el colegio Tía Victoria, a poca distancia de su vivienda.
Al lugar se presentaron numerosos agentes de seguridad que hicieron un levantamiento en el lugar del crimen.
0 COMENTA AQUI JUYE!:
Publicar un comentario